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Se acerca el "supermartes"

Se acerca el «supermartes»: esto es lo que debe saber sobre la elección
en EE.UU
El supermartes está cerca. Millones de estadounidenses acudirán a las urnas para escoger a su próximo presidente.
Este es el ABC de la elección
Por Royney Rodríguez, estudiante de la Facultad de Periodismo y Comunicación
A pocos días del llamado supermartes, los estadounidenses se preparan para ir a las urnas y elegir democráticamente a su próximo mandatario para los siguientes cuatro años.

Las interrogantes abundan sobre el panorama político de ese país estos días. Con las nuevas votaciones por correo y las votaciones anticipadas, la balanza se inclina hacia el candidato demócrata Joe Biden.

Sin embargo, los estadísticos esperan una fuerte oleada republicana para el día de las elecciones. He aquí los elementos claves para poder entender los comicios que se avecinan.

Las elecciones en Estados Unidos están programados para el próximo 3 de noviembre.

Históricamente, las elecciones del país norteamericanos se celebran el primer martes de noviembre, un día laborable para los norteamericanos.

La norma que fija la fecha de las elecciones federales en Estados Unidos data de 1845 y se estableció para llenar un vacío legal sobre la materia electoral.

Aunque diversos autores a través de la historia han reprochado que los comicios se efectúen en un día laboral –ya que esto proporciona que se dé un aumento considerable en el abstencionismo–, los norteamericanos por tradición continúan votando en esa fecha.

Es estos momentos, la votación anticipada y la votación por correo están batiendo un marcas en ese país.

Votación adelantada

Más de 65,5 millones de habitantes han emitido una votación temprana, lo que representa casi la mitad de los votos del 2016. Los números muestran una alza en la participación electoral: la balanza se inclina hacia el lado demócrata, posicionándolo en una seria ventaja sobre su oponente.

Sin embargo, se muestra que la mayoría de los sufragios escrutados hasta este momento han sido del lado demócrata, lo que quiere decir que los republicanos están esperando al próximo supermartes para efectuar su voto.

No hay duda que el próximo 3 de noviembre marcará un hito histórico en los comicios estadounidenses.¿Serán los demócratas los ganadores de estos comicios? ¿o los republicanos moverán la balanza electoral al último momento?


Early Voting – Votación Anticipada. Imagen: Octavio Jones
El sistema electoral en Estados Unidos es bipartidista. Con esto queremos decir que existen dos grandes partidos que se reparten la mayoría de los votos del país norteamericano.

Por un lado, tenemos el Partido Demócrata, el cual es asociado en Estados Unidos con el liberalismo. Sin embargo, este liberalismo es contrario a la idea del liberalismo clásico que es utilizado en otros países.

El liberalismo para los estadounidenses es una corriente que defiende la intervención del Estado, la sanidad universal, educación gratuita y de calidad para sus ciudadanos, programas sociales, políticas de protección ambiental y sindicatos de trabajadores.

El candidato por el Partido Demócrata es el actual exvicepresidente del país, Joe Biden.

Propuesta republicana

Por el otro lado, se encuentra el Partido Republicano, también conocido como el “Grandioso Viejo Partido”, el cual milita baja una línea de pensamiento conservador.

Cree en la limitación del Estado, impuestos más bajos, el derecho al libre mercado, a la posesión de armas, la desregulación de sindicatos, apoya las restricciones en temas migratorios y una agenda contra el aborto.

Su candidato es el actual presidente del país, Donald Trump, el cual busca una reelección y ha dejado claro que no entregará el poder hasta verificar la legitimidad de la modalidad de las votaciones.

Un elemento clave para entender las elecciones de Estados Unidos es que, el voto popular -el número de votos recibidos para cada candidato-, no será el determinante para elegir al triunfador del próximo 3 de noviembre.

En el país norteamericano, las elecciones presidenciales son de segundo grado, por lo tanto, el presidente no es elegido por el pueblo: el mandatario es elegido por un grupo de representantes al cual se le conoce como colegio electoral, termino que se utiliza para referirse al conjunto de representantes o electores que se forma cada cuatro años para elegir al presidente y vicepresidente.

Bajo una simple mayoría de 270 votos de los 538 del colegio electoral, se determina al próximo ocupante de la Casa Blanca por los siguientes cuatro años.

Lo importante de recalcar, en este punto, es que el candidato puede ganar el voto popular y, de igual manera, perder el voto del colegio electoral, como se vivió en las elecciones del 2016, cuando la demócrata Hillary Clinton perdió contra el republicano Donald Trump.

La figura del colegio electoral es de suma importancia entre los candidatos, haciendo así que se tome en cuenta los estados más poblados, ya que tienen mayor cantidad de votos electorales.

Cada estado tendrá un número de electores en proporción a su representación en el Congreso: la suma de sus senadores (dos por cada Estado), más sus representantes en la Cámara (el número viene determinado proporcionalmente).

Delegados

Los seis estados con más delegados en Estados Unidos son California con 55 delegados, Texas con 38, Nueva York con 29, seguido de Florida, con la misma cantidad, Illinois con 20, al igual que Pensilvania.

Este sistema les da mayor peso a los estados minoritarios, y significa que el candidato presidencial tendrá que recolectar votos por todo el país.


No obstante, hay varios estados que históricamente han apoyado a alguno de los partidos políticos, y otros que se consideran como “estados péndulo”, que significa que cambian su color político dependiendo del candidato o candidata a elección.

Texas, Idaho y Alaska son claros bastiones del Partido Republicano y se denominan “estados rojos”, mientras que Nueva York, California e Illinois se inclinan hacia el Partido Demócrata, denominándose “estados azules”.

La mayor parte del tiempo, los equipos de campaña deciden no enviar a sus candidatos o invertir recursos en estados que ellos consideran imposibles de ganar.

La competencia electoral se dirige, mayormente, entre los pocos “estados péndulo”, como Ohio y Florida, mientras que otros surgen bajo la misma categoría, como lo son Arizona, Pensilvania y Wisconsin en los comicios venideros.

Estados clave

Nueve estados definirán quien será el próximo presidente de los Estados Unidos.
En base a la Constitución de los Estados Unidos, si ningún candidato recibe la mayoría de votos del colegio electoral, la Cámara de Representantes procederá a elegir al presidente entre los candidatos con mayores votaciones y el Senado tendrá la responsabilidad de elegir al vicepresidente entre los dos candidatos restantes.

Esta es una situación inusual en el país norteamericano y solo ha ocurrido una vez en la historia, cuando el candidato demócrata John Quincy Adams llegó al poder en 1824.
El 3 de noviembre de este año, una vez las mesas electorales inicien el conteo de votos, se dará a conocer el ganador del voto popular.

Después de esto, se procede a la votación del colegio electoral y se determinará al próximo presidente del país.

El candidato vencedor y el presidente en cargo compartirán un proceso de transición que dura alrededor de 2 meses y medio, en el cual, el nuevo presidente seleccionará a los miembros de su gabinete y trabajará en su plan de gobierno.

Toma de posesión

En enero del año siguiente, conforme a la 20a enmienda de la Constitución, ratificada en 1933, se establece que la inauguración –toma de la posición del cargo– deberá celebrarse el 20 de enero.

Después de la ceremonia en el Congreso, el nuevo presidente volverá a la Casa Blanca en un desfile que da inicio a su mandato de cuatro años.

Muchos de los determinantes para los comicios americanos de este año son inciertos. Por un lado, se observa un alza en los votantes jóvenes, con tendencia demócrata.

El voto latino supera los 32 millones a diferencia del voto afroamericano, con 30 millones de sufragistas. En Estados péndulos, como Florida y Ohio, se registra un alza hacia el lado demócrata.

Aunque estas tendencias serían favorables para Joe Biden, las mismas no predicen los resultados. El panorama es incierto, y no es posible pronosticar al vencedor hasta el momento.

El próximo 3 de noviembre será decisivo para determinar el futuro del país norteamericano.
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