Desterremos los estereotipos de género y promovamos una visión más inclusiva de la moda y la identidad. La ropa no tiene género. La bufanda, las gafas y las diferentes capas representan la opresión y la presión social por encajar y por seguir la norma establecida.
Abogo por la aceptación de la multiplicidad de formas en que se puede expresar la masculinidad.
Cada imagen es una declaración contra la rigidez de la masculinidad tóxica, desafiando la noción de que la vulnerabilidad es incompatible con la masculinidad. Por esto, a medida que transcurre el proyecto va teniendo menos capas, hasta que al final, se muestra al completo su rostro y su cuerpo.
