El abordaje del tema "narrativa visual dinámica" se plantea desde la concepción triádica de Ch. Peirce: primeridad, segundidad y terceridad, y desde la cual surge el Nonágono Semiótico, un modelo operativo desarrollado por Claudio Guerri. Desde este enfoque semiótico, el tema NVD es considerado un "signo semiótico".

Seguir una estructura de tres partes —como la que ofrece la perspectiva propuesta— permite tener una mayor claridad sobre el tema en cuestión, en este caso sobre la narrativa, en tanto que posibilita observar, analizar y conocer los factores intervinientes dentro del objeto de estudio. Además, es un modo de abarcar y considerar la totalidad de las variables que se presentan en cualquier clase de tema o situación, ya sea tanto los aspectos manifiestos y tangibles como los ocultos y sutiles.

Las tres categorías, aspectos o partes del signo pueden graficarse o visualizarse de tres formas diferentes: 1) vista de triángulo, 2) vista nonágono, que a su vez se divide en filas (correlatos) y columnas (tricotomías) y 3) vista de ejes cartesianos. La ventaja de contar con tres maneras de visualizar el contenido es que cada tipo de vista aporta nuevos elementos, grados de profundidad en el desarrollo del tema e interrelaciones entre las partes, logrando así contribuir a la comprensión global del objeto de estudio, que de otro modo el contenido no sería suficientemente claro si estuviese representado sólo con un tipo de visualización.

Las tres clases de visualizaciones, en simultáneo:

Las tres clases de visualizaciones, en sucesión:

En la animación que sigue se puede ver con claridad: 

a) las tres Dimensiones de la NVD, 

b) las nueve subdimensiones (tres dentro de cada dimensión —3×3—) y 

c) las nueve subvariables que se desprenden de cada una de las nueve subdimensiones. Hay, como se ve, una estrecha relación entre las subdimensiones y las subvariables de la narrativa.